La lección de Marlene

El siguiente blog es sobre la completacion de una historia que trata sobre:
        Los personajes son: Marlene, un barquero, un ermitaño, Pedro y Pablo. Marlene, Pedro y Pablo son amigos de infancia. Se conocen desde hace  mucho tiempo. Pablo se quiso casar con Marlene, pero ella le rehusó alegando que estaba enamorada de Pedro.

        Cierto día Marlene decidió visitar a Pedro, que vive al otro lado del rio. Al llegar al rio, Marlene Pide al barquero que si puede pasarla al otro lado y el barquero le dice que él se dedica a eso, que es su forma de vida y su pan de cada día, y que por tanto, tiene que pagar por ello. Marlene no tiene nada de dinero, y le explica al barquero de su situación, su gran deseo de verse con Pedro; le ruega, por favor, que la pase al otro lado. El barquero acepta si ella le entrega el abrigo. Marlene duda y decidí ir a consultar con un ermitaño que esta por allí; le cuenta todo y pide un consejo. El ermitaño le dice que la comprende muy bien, pero en ese momento no puede darle consejo alguno, ni siquiera dialogar con ella sobre el asunto, le dice que decía por su cuenta.

        Marlene vuelve al río, acepta lo que le pide el barquero, atraviesa el r{io, va a casa de Pedro y pasa con él tres días muy felices. La mañana del cuarto día, Pedro recibe un telegrama en el que se le oferta un empleo muy bien remunerado en el extranjero: es lo que él había ansiado desde siempre. Da la noticia a Marlene y la abandona en aquel mismo momento.

        Marlene cae en profunda tristeza y decide darse un paseo. Se encuentra con Pablo y le cuenta la razón de su tristeza. Al cabo de un rato, Marlene le dice a Pablo: “Recuerda que hace tiempo me dijiste que quería casarte conmigo: yo te rechace porque no me sentía enamorada de ti: pero ahora piensa que si lo estoy y quiero casarme contigo. Pablo le responde: “Es demasiado tarde. No me interesa ya. No quiero resto del otro”.

        Entonces Marlene al darse cuenta que Pablo ya no estaba interesado en ella, decide ir a cruzar el río para visitar nuevamente al ermitaño y pedirle un consejo sobre su nueva situación.

        En el río se reencuentra con el barquero él cual vuelve a establecerle una cuota para cruzarla al otro lado del río, donde Marlene le ofrece al barquero un collar, e lo acepta y van hacia el destino que ella le solicita.

        Mientras cruzaban el río el barquero la nota sumamente triste y le pregunta que le sucede, ella le contesta: “La verdad estoy decepcionada de mi vida. Abandone al hombre que me amaba por el que me gustaba y al final me que sin el chivo y sin el mecate”. El barquero al oír su historia le comenta: “Hija esos es una ley de vida, nunca hay que dejar lo que tienes seguro por una ilusión que puede ser pasajera”. La chica queda pensativa sobre lo que el barquero le dice y al llegar a la orilla agradece que la escuchara y continúa su camino hacia el hogar del ermitaño.

        Al llegar al hogar del ermitaño y encontrarlo desocupado le cuenta su situación y que podría hacer en su estado. El sabio la ve, enciende un tabaco y dice: “bueno muchacha, ahora no tienes que preocupar más personas que por ti misma…” Marlene un poco confusa le pregunta el por qué a esa respuesta que le dio, a lo que responde: “de tu aventura pasajera te quedara un recuerdo de por vida por estas en cinta”.

        Al cabo de 6 años de este evento estaba Marlene y su hijo en una pequeña casa de bajareque y techo de zinc y como en horas de medio día pasa una carrosa por el frente de su casa y sale de ella un hombre muy bien vestido y parecía adinerado, era Pablo que se había vuelto un gran empresario y pasaba para ver cómo estaba Marlene la cual nunca dejo de amar.

        Al ver a Marlene sola, soltera y con un niño se impresiono mucho y le pregunto qué de quien era el niño, a lo cual le contesta ella que es del hombre por el cual ella lo había rechazado. El nuevamente le dice que se case con ella pero tenía que dejar a su hijo en un orfanato porque el la aceptaba pero sin el niño porque no era suyo.

        Ella se queda callada un momento y recuerda las palabras del barquero “nunca hay que dejar lo que tienes seguro por una ilusión que puede ser pasajera” ella ve seguro a su hijo y que en un futuro Pedro podría quedar resentido con ella y vengarse. Así que le dice a Pedro: “Gracias por tu oferta pero si no quieres a mi hijo no me quieres a mí. Lo lamento nuevamente pero mi respuesta vuelve a ser no”. Pedro se va triste y algo enfadado porque a pesar de que ya era un hombre con dinero Marlene la sigue rechazando.

        Al pasar los años, Marlene se esforzó por darle todo lo que su hijo necesitaba y enseñarle que no cometiera el error de dejar la seguridad que se tiene por una ilusión que no tiene base. El hijo de Marlene se convirtió en un gran hombre con una convicción inquebrantable gracias a los consejo de su madre.